jueves, 6 de octubre de 2016

El ejercicio acelera la recuperación de una discapacidad en los adultos mayores





Los investigadores hallaron que cuando hicieron que unos adultos sedentarios tuvieran una rutina de ejercicio, eso reducía su riesgo de sufrir una lesión o enfermedad que les dejara discapacitados. Y los que desarrollaron una discapacidad física tenían un tercio más de probabilidades de recuperarse, en comparación con los ancianos que siguieron siendo sedentarios.
 
Los expertos dijeron que los hallazgos subrayan un mensaje importante: nunca es demasiado tarde para aprovechar los beneficios del ejercicio.
"Y no tiene que ser un régimen intenso. No hay que apuntarse a un gimnasio", dijo Patricia Katz, profesora de medicina de la Universidad de California, en San Francisco.
 
Señaló que en este estudio caminar de forma moderada fue la actividad principal.
Katz fue autora de un editorial publicado en línea junto con el estudio el 26 de septiembre en la revista Annals of Internal Medicine.
 
Es bien sabido que el ejercicio regular puede tener una variedad de beneficios para la salud, incluyendo unos riesgos más bajos de enfermedad cardiaca, diabetes, ciertos tipos de cáncer y depresión.

El nuevo ensayo se diseñó para ver si el ejercicio podía no solo reducir el riesgo de las personas mayores de discapacidad, sino también ayudar en su recuperación. "Las personas mayores nos dicen que lo más importante para ellas es mantener su independencia", comentó el Dr. Thomas Gill, investigador líder del estudio y profesor de geriatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale en New Haven, Connecticut.
 
"Lo que estamos aprendiendo es que, una vez que se desarrolla una discapacidad, no es raro que los adultos mayores se recuperen", dijo Gill. "No es un camino sin vuelta atrás hacia un mayor declive".
Para el estudio, el equipo de Gill reclutó a más de 1,600 personas sedentarias de 70 a 89 años de edad. Los investigadores asignaron al azar a la mitad de los ancianos a un programa de ejercicio, mientras que la otra mitad asistió a clases de educación en salud.
 
Las personas en el grupo de ejercicio realizaron algunos entrenamientos de fuerza y equilibrio, pero caminar de forma moderada fue la piedra angular. Gill dijo que trabajaron para alcanzar una meta de 2.5 horas de caminata por semana.
 
En los 3.5 años siguientes, las personas que hicieron ejercicio pasaron un 25 por ciento menos de tiempo con una discapacidad importante del movimiento (la incapacidad de caminar un cuarto de milla [0.40 kilómetros]), en comparación con los otros participantes.
 
Los adultos mayores activos tenían un 13 por ciento menos de probabilidades de desarrollar una discapacidad del movimiento. Pero el beneficio más importante fue posterior: los que hacían ejercicio tenían un tercio más de probabilidades de recuperarse de la discapacidad, señalaron los investigadores.
 
El estudio no especificó las causas de la discapacidad de las personas, por ejemplo si provenía de un empeoramiento de la artritis, de una caída o de un accidente cerebrovascular. Y no está claro exactamente de qué forma el ejercicio aceleró la recuperación de algunas personas.
Pero Gill dijo que es posible que la actividad física los "fortaleciera", de forma que estuvieran en una mejor condición cuando sufrieron una lesión o enfermedad.
 
Katz se mostró de acuerdo. "Parece que la gente que era activa en esencia tenía una mayor resistencia", dijo. Para Katz, la moraleja es que la investigación ha probado los beneficios del ejercicio una y otra vez. "Ahora es el momento de que más proveedores de atención de la salud lo receten", enfatizó.
 
Los ancianos activos de este estudio asistieron a dos clases por semana, e hicieron ejercicio por su cuenta tres o cuatro veces por semana.
Pero Gill dijo que, dado que caminar fue la actividad principal, es algo "muy factible" para la mayoría de las personas mayores.
 
"Siempre es buena idea que su médico lo evalúe primero", enfatizó. "Pero creo que esto se puede implementar de forma segura en el mundo real. Se comienza a un nivel bajo y con lentitud, caminando primero a un paso más lento durante menos tiempo, y gradualmente se aumenta".
 
Las personas que viven en vecindarios que no son aptos para peatones, podría haber buenos espacios bajo techo, dijo Gill, como el centro comercial o el centro de personas mayores locales.
Lograr que un amigo o familiar adopte la rutina también puede ayudar.
 
"A veces mantenerse motivado es difícil", dijo Gill. "Puede buscar un compañero y así tener a alguien que le anime". Katz apuntó a todos los beneficios que el ejercicio puede ofrecer, más allá de un riesgo más bajo de discapacidad. "Es bueno para el corazón, puede ayudar con la depresión, puede ser una actividad social", dijo. "Y lo mejor es que es gratis". "Si hubiera una pastilla que hiciera todo lo que el ejercicio hace, todo el mundo se la tomaría", aseguró Gill.
 
fuentes:https://www.medlineplus.gov

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