El fantasma de la pandemia de 1918, que acabó con la vida de decenas de millones de personas en un solo año, recorre el mundo cada vez que surge una nueva alerta por gripe procedente de un animal. En aquella ocasión, las víctimas mortales fueron sobre todo adultos jóvenes, pero otras veces la enfermedad se ceba en los niños o los ancianos. ¿Por qué?
Un estudio conjunto realizado por científicos de las universidades de Arizona en Tucson y California parece haber dado con la respuesta: tu año de nacimiento, o más exactamente, la modalidad de microbio al que has estado expuesto por primera vez en tu vida marca de forma indeleble la capacidad de resistir a una determinada infección en el futuro.
Los expertos analizaron dos cepas víricas de tipo A, H5N1 y H7N9 (con origen en aves), que han causado contagios e incluso muertes en personas. Ambos patógenos son susceptibles de desarrollar mutaciones que les permiten saltar de animales a seres humanos y extenderse después rápidamente entre estos últimos. Lo interesante para los investigadores era, además, que la cepa H5N1 suele infectar a individuos de corta edad, mientras que H7N9 afecta sobre todo a personas mayores.
La clave está en una sustancia llamada hemaglutinina, la proteína responsable de la unión del virus con la célula infectada, de la cual existen 18 variedades para el patógeno de la gripe A. Solo tres (H1, H2 y H3) han circulado entre humanos en el último siglo, y, como han descubierto los investigadores norteamericanos, son los responsables de la mayor o menor resistencia frente a H5N1 o H7N9.
Así, los nacidos antes de los años 60, que han desarrollado anticuerpos contra las hemaglutininas H1 y H2, apenas sufren los peores efectos de H5N1, mientras que las personas nacidas después de esa década, expuestos a la cepa H3, están mucho mejor inmunizados contra el H7N9.
Michael Worobey, uno de los autores del estudio, cree que esto explica la alta mortandad de la gripe de 1918 entre jóvenes adultos: "fallecieron por un virus H1, y de la sangre analizada muchas décadas después puede observarse que esas personas habían sido expuestas durante su niñez a un H3. Por lo tanto, no estaban protegidos contra esa cepa. Lo mismo podría ocurrir con las próximas pandemias".
El nuevo trabajo apunta a que la tasa de protección contra un microbio compatible es de un 75% frente a enfermedad grave y de un 80% contra la muerte. Un hallazgo, aseguran sus autores, que permitirá anticiparse a los posibles estragos de pandemias por H5N1, H7N9 u otros agentes.
fuentes:https://www.muyinteresante.com
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